miércoles, 11 de agosto de 2010

“Manos arriba” de Franklin Aguirre

“Manos arriba” de Franklin Aguirre

En una primera impresión, la pintura parece ser un tanto difícil de discernir, pero con un mensaje interesante implícito, mostrando textualmente un hombre de tez clara con los pantalones negros hacia abajo, los cuales se confunden con sus zapatos. Y en la parte izquierda observamos una planta, al parecer de aquellas espinosas, con su característico color verde, y su maceta café clara. Todo lo anterior se encuentra en relación con lo que al parecer son las paredes de una casa, más claras que el piso.

Evidentemente, cuando observamos la pintura, se nos viene a la cabeza aquellos dibujos de cómics, revistas, y avisos publicitarios usados en los medios populares, por lo cual inferimos que el estilo utilizado por el autor, en este caso es correspondiente al arte pop. La pintura en sí, desde luego, carece de realismo, y no parece pretender mostrar una calidad exuberante en lo que a parecido con la realidad se refiere; solamente se limita a hacernos entender su contexto. Con respecto a los colores podemos observar que en el caso del hombre y la planta, no se difunden, o sea, el paso de un color a otro es rígido, fuerte, como dándonos a entender que va de claro a oscuro, sin más, sin mucho parecido a la realidad.

Esas características de cómic, unidas a la sensación de ese mensaje intrínseco, le dan mucho valor a la pintura desde el punto de vista artístico. No se trata de una obra estática, parecida a aquellos dibujos que vemos todos los días en los medios de comunicación, sino que tiene algo intrínseco que pide ser leído e interpretado.

A sabiendas que la exposición a la cual pertenece esta obra se ubica en el año 2006, o sea, a nuestra era contemporánea y que el autor es colombiano, inferimos que la obra se refiere a aquel momento social que vive la sociedad colombiana actual, haciendo énfasis en los atracos, podría decirse, a los comúnmente llamados “apartamenteros”, que se han vuelto un fenómeno muy común en nuestros días y un grave problema de seguridad. De ahí que el hombre esté con los pantalones abajo (como refiriéndose a aquel sarcasmo de “arriba las manos, abajo los calzones”) en una habitación, en la que solamente se ve una planta, que es una de las pocas cosas que los ladrones no se llevarían consigo (y eso porque al parecer es espinosa).

Así, Aguirre toca esta problemática social de una forma original, que difícilmente se puede encontrar en medios comunes, por eso merece ser llamada una obra de arte, puesto que nos invita a pensar en lo que nos quiere decir el autor, no solamente nos presenta algo fiel a la realidad, sin más. Traspasa los límites de lo bello para enmarcarse en lo racional,  para presentarnos algo que a primera vista no tiene significado, pero que adaptándolo a su época y condiciones se ve muy claro.

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