Pintar con mugre las huellas de nuestra vida
Imaginemos una obra de arte que nos adentre en lo que dejamos atrás cada día, una que nos ponga de manifiesto que todo lo malo se va junto con lo bueno, se escurre y finalmente se plasma sobre varias cartulinas que representan nuestro día a día durante un mes. Sería interesante pintar con el agua sucia con la que acabamos de bañamos nuestro día a día sobre un trozo de papel, para que cada mugre, cada olor del pasado quede inmortalizado como vestigio de nuestros recuerdos y de lo que hacemos.
Indudablemente, el pintar con el agua que nos bañamos depende directamente de las labores que realicemos cada día. Un deportista plasmará sus éxitos y fracasos, su esfuerzo en el entrenamiento para la competencia, su lucha por alcanzar sus metas, y subsistirá como una mancha quizá espesa, tal vez rojiza, sobre la cartulina. Aquel empresario que desde su oficina intenta cambiar el destino de su organización, que vive de viaje en viaje por las contaminadas ciudades del planeta, dejará sobre la cartulina el vestigio de su vida, el ocre, el negro, el gris, que no son más que los colores de su vida, y el olor rancio junto con su perfume fino, que son tan expresivos como cualquier oleo puro.
Imaginemos también el retrato de la vida de una ama de casa, que emprende su propia cruzada cada día por preparar los alimentos y asear su vivienda. Sin duda alguna, pintará en muchos colores su obra; estarán presentes el amarillo, el rojo, el verde, el negro, el gris… todos los tonos imaginables, los cuales hablarán por sí mismo a cerca de su lucha, de su esfuerzo, de los ingredientes que utilizó, de su coraje por continuar el camino de la vida apoyando a sus seres queridos.
Por otra parte, pensemos también en aquel sujeto que vive en su casa, sin salir, parasitando a sus familiares, víctima de la sociedad actual, del entretenimiento nocivo, que en muchas ocasiones, nos lleva a centrar nuestras vidas en cosas tan banales como un programa televisivo, o en el internet mismo. El legado que dejaría sobre aquellas cartulinas sería solamente el de un color no muy oscuro, quizá pálido, que representa su falta de esfuerzo en la vida, su incapacidad para lograr sus metas y seguir adelante.
Y podríamos hablar de muchas personas más como ejemplo, que plasmarían con el agua sucia, resultado de la limpieza de sus cuerpos, todo su mundo externo, pero a la vez interno. Se podría inferir a cerca de su pensamiento, de sus costumbres, de su trabajo, de sus deseos, de sus sentimientos.., el agua sería un elemento tan diciente de la vida de las personas, que podríamos hacernos una idea de ellas con solo ver las cartulinas que representan la vida de aquellos individuos que aceptaron plasmar su identidad con agua.
Sería una obra sin una forma definida sobre la cartulina, pero que a pesar de ello, cualquier persona se podría prestar a su interpretación con buena exactitud. Un material diciente, verosímil, creado por personas inexpertas en el campo artístico, pero que a la vez, expresan su "arte propio".
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